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WILHELMSTRASSE

    Introducción por el propio director Hans Jürgen Syberberg.

     

    La Wilhelmstrasse es la Via Regia de la historia alemana de los últimos 300 años. Centro gubernamental desde la fundación del Reich (Imperio) en 1871 hasta su final en 1945. Antes y después expresión seismográfica de las épocas arquitectónicas como símbolo del estado de las culturas.

    Los reyes prusianos entregaron las tierras en del borde de la ciudad a sus fieles, para que las cultivaran y estos se manifestaron construyendo. Y no sólo eso. Además de los palacios, representativos de la aristocracia de la Corte y de los estados del Imperio alemán y luego de Europa, coexistían manufacturas de porcelana, de impresión de  monedas  o de cultivo de gusanos de seda  y la imprenta real con su editorial, donde apareció la primera edition de Shakespeare traducida al alemán por Schlegel y Tieck. Allí también se encontraba la sede del judaísmo en Prusia. En los parques de los palacios urbanos se cultivaron verduras para la venta en los mercados y en orden artificial (in artifizieller Ordnung). Todo esto sería hoy en día un conjunto para el patrimonio cultural mundial, si no hubieran existido los años 1933-45.

    Al principio con nuevos ingredientes históricos de esta época. Después de 1945 se demolió la sustancia dañada por la guerra, pero reconstruíble en el este y oeste de la ciudad. (desde el palacio Prinz Albrecht  hasta la Unter den Linden cerca del Brandenburger Tor, a ambos lados del muro con el vacío de sus instalaciones de fortificación símbolo de la Guerra Fría, al final adornada con la estética de las construcciones con placas prefabricadas del régimen en decadencia de la RDA).

    Ahora negada su incorporación en los planes de los gobernantes, es destinado a ser un memorial del horror. Es posible que por eso les resulte tan difícil a ellos y el arte encontrar hoy su manera de exorcisar al mal.

    Después de arrasar con la histórica Wilhelmstrasse, las máquinas demoledoras fueron llevadas al castillo prusiano, representativo de 500 años de historia del país, para eliminar allí, detonados, los restos de esa historia, donde aquella había encontrado su expresión central y su forma más alla de las épocas.

    La caminata por la Wilhelmstrasse atraviesa un barrio que fuera construído para funcionarios y ciudadanos que se esmeraron en la RDA, ubicado a lo largo del muro con occidente. Fue construído sobre los cimientos de edificios históricos demolidos después de 1945. El recorrido fue filmado con una cámara digital portátil, en una sola toma de 60 minutos (la nueva técnica lo hace posible) y con flashes de imágenes extraídas de los libros históricos de nuestras artes perdidas en las bibliotecas de los 250 años de la historia prusiana y del último Imperio alemán. Comienza con el Palacio del Prinz Albrecht (hasta hace poco en Berlín Occidental) que hoy es una suferficie vacio, donde antes definía la escala el clasicismo de Schinkel. Desde esta obra en construcción, llamada "Topografía del Terror", ya que allí se encontraban el centro de la Gestapo y el sótano de torturas del Tercer Reich, el camino atravieza restos del muro entre este y oeste llevando a lo que hasta hace poco fuera la parte oriental de la ciudad pasando por el antiguo ministerio de aviación de Göring, luego edificio de la SED (Partido de la unidad socialista de Alemania) para los ministerios y hoy destinado a ser el ministerio de finanzas, pasando luego por la antigua casa de moda Herpich (arquitectura de Erich Mendelsohn), hoy una plaza vacía. Importantes estaciones de la vida de los años 20 y 30 en Berlín.

    Y así se continua pasando por el antiguo Wilhelmsplatz, el hotel histórico

    Kaiserhof. En su lugar vemos hoy la cita de monstruosidad occidental en

    hormigón (la Embajada de Korea), poniendo la brutalidad del tiempo en el

    medio de esa plaza que alguna vez representó todo el encanto de las culturas perdidas. Hoy está al lado de bares asiáticos baratos y supermercados, frente a la antigua Cancillería del Reich, como basurero para comida chatarra y delante de lo que alguna vez fuera de piedra. En otra época se encontraba aquí el palacio Radzwil, en el cual fue estrenado el Fausto. Del otro lado nuevamente el Ministerio de Propaganda de Goebbels en el antiguo palacio Prinz Carl Palais (Friedrich

    Schinkel). En el lugar de los modestos edificios del antiguo Ministerio de

    Relaciones Exteriores de Bismarck la caminata lleva detrás de la calle,

    donde estaban los jardínes y parques sombreados de las casas aristocráticas y de los futuros ministerios, al lugar del Bunker, en él que terminó Hitler y con él aquel mundo y donde ahora se planea erigir el monumento a la memoria del Holocausto. Desde allí, cruzando terrenos vacíos de lo que antes fuera el borde de la ciudad, se vislumbra hoy la obra en construcción del Potsdamer Platz en el sur y el Reichstag y el Brandenburger Tor en el norte. El centro económico y la representativa Unter den Linden, donde finaliza la caminata.

    Es también una caminata a través de la reflexión de las artes en las pinturas de A. Menzel de la época de la corte y a las fotografías del Bunker de la película de Oskar Werner "El último acto" (1955) de G.W. Pabst y a través de las pinturas de Anselm Kiefer hoy.

    En la segunda caminata, aquí ofrecida como alternativa, la música de Mozart ayudará al principio a comprender y quizás a llevar el peso, el peso de la historia y de aquello que se perdió y de lo que se debería hacer.

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